sábado, 15 de noviembre de 2014

POEMA DE VIBRACIÓN



Llego a ti cada día con mi mente, con la intensión
más potente que la radiación solar,  
me envuelvo en un sueño dentro de un sueño
raspando la corteza de árboles exactos,
alcanzo tu aliento entre una ciénaga de nieve.
Te veo en los cañaverales, descalza, en los cañaverales
que alucino entre verdes vibraciones.
Como un acuerdo tácito, desde hace mucho,
mi pensamiento se inclina sobre ti,
la lógica gris se destruye con tu sonrisa.
Desde una palma gigante o el interior de una restrepia
suspiro el brillo y el resplandor de tus omóplatos,
y en cada célula de tu cuerpo me sujeto.
Estás en cada segundo sobre el mar del universo.
Junto mis ojos cada noche
observo que vienes a cubrirme de tactos y duermo
humorado de ti, con delicada tensión,
abrigado quedo, levitando contra la gravedad.
Nado en aguas  délficas imperturbables, avanzo  
nave frondosa, tú eres esa nave que me conmueve,    
aquí entre la realidad de acero.  
Llego a ti cada día con mi mente, con la intensión
más potente que la radiación solar.

 Lima, 15 de octubre del 2014.