(escribe Buzz Aldrin)
Cada vez son más largos los caminos a casa,
Pienso en el momento minúsculo,
cuando mi mujer, me bese como de costumbre
y yo, apenas un hombre cansado,
le muestre un rostro apacible.
Mis hermanos están distantes y unos metros separan
sus casas de la mía.
Los hijos de mis vecinos hablan idiomas distintos,
ellos arrancan flores que nunca regaron en los jardines,
Encajo solo en los sótanos,
en la noche imaginaria me encuentro
con soldados ebrios,
ellos beben mirando pinturas transparentes.
Cada vez desconozco mi cuerpo y las preguntas
que debía hacer ya me quedan anticuadas.
El amor complica la juventud,
lo dice mi mujer cuando despierta
entre las olas de los mares que ella descascara
con sus labios.
He olvidado leer en voz alta,
me asfixio en la madrugada negra y los pulmones
me parecen bolsas que tienen ese aroma
de raíces polinésicas.
Cada vez son más largos los caminos a casa,
yo pienso que el afecto y su manto reluciente
viven fuera de la nave donde habito.
Miro la oscuridad:
solo y fuerte, solo y alucinado.
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