New york, 10 de octubre del 2010
Me miro al
espejo, cada vez encuentro menos cabello
sobre mi cabeza,
acomodo mis gafas con potente lentitud y me
digo:
el
futuro es el sitio donde voy a pasar el
resto de mi vida.
Leo el diario
y veo el rostro sonriente de Gregory Olsen,
su sonrisa
gigante, como de detonación atómica,
flotar como globo es extraordinario, son sus
palabras,
El tiempo
nunca se detendrá entre mis palabras.
¿Puede haber
una sensación más fría que levitar en el espacio?
Greg Olsen, escúchame,deja a un lado esa colosal sonrisa
que no todos
podrán tocar las costillas de las estrellas.
Tú sabes que
los farmacéuticos nunca nos dan las pastillas
correctas
para la paranoia,
y contando mis dedos me he dado cuenta
que tengo gestos prominentes de primate
y dejo caer mi columna como fibra de goma.
y dejo caer mi columna como fibra de goma.
Pestañeo,
huelo, suspiro, doy vueltas de trompo,
siento el
mareo de los ebrios,
pero la
realidad vuelve con centellas y timbres.
Los recibos
de impuestos me llegan con puntualidad,
sin embargo
las hojas de los árboles fallan unos días
en caer sobre
el camino del otoño.
Desde Kazajstán llegan las fotografías de tu aterrizaje, Greg,
y con esa
finta de cosmonauta presentas el aspecto
de los
hombres misteriosos,
de aquellos que
han vencido el peso del hipotálamo.
Flotar como globo es extraordinario, son sus palabras.
Flotar como globo es extraordinario, son sus palabras.
Decir
palabras incoherentes también tiene beneficios,
las promesas eternas se desvanecen y
el
aroma de los labios enamorados se diluye.
Me miro al espejo, cada vez encuentro menos
cabello sobre mi cabeza,
acomodo mis gafas con potente lentitud y me
digo:
el
futuro es el sitio donde voy a pasar el
resto de mi vida.
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