Junto mis ojos para alcanzarte,
oxigeno
mis pulmones con brumas salvajes,
hurto la esencia del
mar,
nado como un cetáceo y rodeo tus labios.
Lo que tengo son ansias irascibles,
sublevados pensamientos
que llegan a los
bordes del sur del planeta.
Me falta la fricción de tu
raciocinio y desfallezco,
un tortuoso sendero se desvanece entre
pirámides.
Si pudiera tener el don del movimiento
geológico,
abriría una montaña para sentir como te
inunda
el agua redonda que envuelve tu cuerpo.
Gotas de brújula caen sobre el desierto
sempiterno,
lo que me aturde es el deseo de pulir las
costas
y vaciar el llano efluvio de
sustantivos.
Dentro un frasco de alhelíes está el
deseo
de escucharte como una hipérbola quieta
entre islas
blancas.
Abrazo la alucinación de estar contigo,
lo que tengo son ansias irascibles
y un tortuoso sendero que se desvanece
entre pirámides.
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