
En el azul circular de
tu iris
he visto la torre alta de París,
he visto la torre alta de París,
yo, ciudadano
extranjero,
he divagado
con árboles de hierro,
con árboles de hierro,
en un sueño quebrado
tú
has sonreído en las acacias.
Tu melena oscura, como
una sombra inmensurable,
se ha soltado en un desierto como delicia de un vaivén
y miles han corrido
hacia tu reino.