viernes, 14 de junio de 2013

VI EL MAR

Miraflores, verano del 2013


 Vi el mar, vi el mar, vi el mar
y pensé en ti,
pensé en ti, estando contigo,
tanta agua inundando el horizonte.
En la calma de tu expresión había un dolor más alto
que una gota inflamable.
Vi el mar, vi el mar, vi el mar.
¿Quién era yo ante tanta inmensidad?
Las neblinas imponían su reino,
un huracán se contenía entre tus palabras,
y tu silencio se sumergía en mi tuétano
y vi escaleras que bajaban de tu cabello claro.
Había noches que caminaban y cenaban
al mediodía, junto a nosotros.
Vi el mar, vi el mar, vi el mar,
apretujado en una botella
y los peces escondidos en los almacenes
me hacían señas con sigilo;
yo no te delaté mis visiones
para que no descubrieras mi insania.
Vi el mar, vi el mar, vi el mar
y tú estabas vestida  con un aire de moras
con un afecto terrestre, inmensurable.
Vi el mar en tus manos y me quedé inmóvil
como un niño que sueña.

1 comentario:

  1. La insania que delata las visiones es el verdadero océano por descubrir.
    ¡Una hermosa poesía atemperada como un cuadro marino!

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