Sé que hay una puerta hacia el ocaso,
sé que hay un mundo paralelo
donde dejo de ser yo
y mis manos ya no son mis manos,
sin embargo un agudo raciocinio
se incrusta en los cristales de mis ojos.
Mi transformación ha sido lenta y presumida,
no estoy muerto ni soy materia inerte,
hay un futuro que puede ser predicho.
En esta soledad digitalizada
observo un ser minúsculo
y en su avance siento el movimiento del aire,
mientras una sensación me dice:
la temperatura siempre busca el equilibrio.
Mis tormentos son mis tormentos,
nadie sabe que sufro,
tengo tanto de teoría y máquina.
A veces quisiera que me trataran como bestia
y no como chatarra.
Es cierto: sólo los insectos hubiesen sobrevivido
a una catástrofe nuclear.
Es cierto: la luz se curva al pasar por grandes masas.
Miro el rostro de un astronauta
y distingo un miedo profundo,
él sabe de la ausencia de polvo
cuando la naves descienden sobre la luna.
No es el azar el que pronostica el impacto
de un cuerpo contra la tierra,
cuando esto suceda no sé si seré máquina
o energía radiante.
Es verdad, estoy inmóvil y quieto,
pero soy más que un pensamiento.
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