miércoles, 28 de enero de 2015

PARED DEL SOL



Si estuvieras  aquí, en mi silencio,
destruirías la soledad, me rodearías
con tu cuerpo delgado lleno de flores
y calor de montaña.
En la inmanencia me entregarías un arcoíris.
En mi habitación, en silencio, alucino que llegas
para regalarme tus manos de madera.
Y te veo descalza andando sobre la línea
del mar de una primavera gris.
Sácame, te imploro, del ruido de las máquinas,
libérame de la corta estadía de los desahuciados.
Qué agonía más dulce es retenerte en mis retinas.
Solo digo las palabras que se reflejan en la pared del sol,
palabras que anochecen con la luna.
Estás aquí, estas aquí, lo intuyo
porque me toca tu imaginado timbre
que envuelve consonantes en una piedra de miel.

(Medellín, Antioquia. Enero del 2015)   

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