lunes, 7 de marzo de 2011

CARTA A FENG ZHIYING



No sé nada del amor y confieso que quizás apenas
haya metido mis pies en su amplio y confuso reino.
como tú sabrás, mujer, enamorado estuve de las tardes,
las tardes en oriente son indispensables para los hombres
y yo, venido de otras latitudes recuerdo esos paseos
longitudinales en bicicleta.
En esa tierra he visto los límites de la curvatura terrestre,
llegué con el amor en hombros pero el tiempo
me ha enseñado que las flores
no solo contienen polen en sus vientres.
Apenas unos años han pasado, pero
ahora en esta parte de la tierra cerca al mar del pacífico sur
recuerdo haber degustado un plato cantonés
cuyo sabor ha quedado impregnado en mis manos.
No sé nada del amor y confieso que quizás apenas
conozco el oriente y haber pisado los muros
de antiguos imperios
o haber vivido unos minutos en la ciudad prohibida.
Querida Feng, ¿dónde puede vivir el hombre eternamente?

Del libro “Cúmulos estelares” de Julio Fabián

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