miércoles, 6 de abril de 2011

KIRSTEN DUNST TRATA DE ESCRIBIR A LA MANERA DE CARL SAGAN

Seguidamente me pregunto si estamos solos en el universo,
pienso en un contacto sensorial
con el hombre y hasta con la araña.
Solitario es un edificio,
solitaria es una maquina sin fotos.
En el cosmos siempre hay soledad y noche,
ponerse a pensar es correcto, dudar es correcto,
porque la noche atrae a los vampiros.
Es cierto, las mejores fiestas tragan a las noches.
A veces me dicen: ha llegado tu noche.
Tiemblo. Recuerdo a la chica pálida que saltaba
y miraba con urgencia.
A veces me susurran: Las mujeres hermosas no duran.
Y me quedo callada como si estuviera durmiendo
en una película.
Me han dicho que mi condcuta es afectada
por el movimiento de planetas,
entonces pregunto
si es Jupiter o Venus
el culpable de mis arranques emocionales,
entonces calculo
la fuerza para arrancar el brillo del metal más próximo,
tal vez el humo enredado en mis pulmones,
o la profundidad de la hierba.
Para mí el infinito es el borde de una hoja,
la carretera serpenteada de ciudades provincianas,
la distancia de mis ojos hacia Andromeda,
el perímetro de un claro peregrinaje a costas hundidas.
A veces, solo a veces, respondo tímidamente:
estar sola en el universo es tanto
como la tristeza de uno mismo.

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