lunes, 17 de octubre de 2011

SEXTINA DE LA MÁQUINA




Como queriendo controlar neuronas
se mueve el amor junto a la máquina
es el tiempo de códigos y dígitos,
de virus que se mutan y se extienden,
es la era donde apenas puede el viento
estar sujeta a tierra y dura mente.

¿Qué es dolor de elefante en negra mente?
¿Qué sentimiento quiebra las neuronas?
¿Qué aliento crecerá tanto en el viento?
Hoy, sabido es, venciendo está la máquina
en tanto sensaciones que se extienden
viajan en cables digiriendo dígitos.

Lenguaje no de amor sino de dígitos,
rápida encubre enamorada mente,
las lejanías paran no se extienden,
viviendo en era de impulsar neuronas,
nace un afecto por insana máquina,
mas queda el agua, el gras, el suave viento.

Cada vez más salvaje viaja el viento,
lo han querido templar mágicos dígitos,
pesada no obedece es una máquina,
la fuerza natural le asigna mente,
hasta parece propia de neuronas,
sus daños muchos y hacia el mar se extienden.

El dolor y el acoso solo extienden
su indiferencia a desolado viento,
lo imagina el cerebro y sus neuronas
cuando una nube sueña en puros dígitos,
queda dañado afecto, amor en mente,
lo real es vencido por la máquina.

Piensa que es duro respirar, la máquina,
comprende humanos males que se extienden,
calcula cuanto sufre humana mente,
mirando lo funesto al ras del viento,
sentencia el mal pronóstico de dígitos,
piensa que tiene vida sin neuronas.

¿Dónde y cuando se extienden viles dígitos?
¿Puede la máquina sentir neuronas?
En tanto quiere el viento el ser la mente.

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