lunes, 26 de diciembre de 2016

POEMA DEL SUSURRO


Déjame correr con tus afectos,
guárdame entre tu corazón
y la oquedad,
junto a esos edificios levantados
alrededor de viajes al desierto.
Libera los lagos junto
a tus intensos apóstrofes,
Deshata la música de fieltro,
olvida los alhelíes de grava
que se fueron con los huracanes,
Pon el tiempo  sobre la pared
como retrato de la vida
y la aridez de la quietud.
Quédate aquí, entre légamos
y páramos turbados,
mientras te pienso
entre ósculos y nueces.

Pinta tu blanca expectativa
para aliviar mis ojos,
suelta aquel vestido de papel tinto
que cortaste
para nadar
sobre las cavilaciones.
Abre la ventana del camino,
déjame transportarte en las mareas,
Acaricia el olor del susurro.
El sabor de gorjeo es fósforo
 en tu compañía.
Así, de pronto, en las tinieblas
Y entre la pluma: codicia el ensueño.
Quédate aquí, entre légamos
y páramos turbados,
mientras te pienso
entre ósculos y nueces.

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